miércoles, 30 de noviembre de 2016

Garceta grande de Hungría

Garceta grande en el lucio del Cuquero Grande, Doñana. Ejemplar de origen ibérico.

En muchas ocasiones una observación, una lectura de una anilla, esconde una historia sobre conservación de especies, sobre conflictos pasados que a punto están de hacer irreversible una situación.

Como en una novela que podríamos titular “Condenadas por su belleza” las garcetas grandes sufrieron una terrible persecución simplemente por poseer unas hermosas plumas nupciales. Las plumas, blancas y largas eran muy preciadas para la creación de adornos y para su utilización en sombreros femeninos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La caza comercial casi termina extinguiendo a la especie en Europa, las últimas poblaciones europeas estaban situadas en Austria y Hungría.

Grupo de garcetas en el lucio del Cuquero Chico, Doñana. Concentración postnupcial.

Para agravar la situación, en la Hungría de 1912 el gobierno inició un plan para desecar el último reducto de la garceta grande, un lago llamado Kis-Balaton situado en la zona occidental del país. Pero un pequeño grupo de personas inició una lucha para impedirlo, en 1919 solo 6 parejas se reproducían en el lago (31 parejas en toda Hungría en 1921). Durante 30 años de lucha conservacionista se consiguió la declaración de la especie como “en peligro de extinción”, se estableció una moratoria de caza y se realizó una recaudación de fondos a nivel nacional para custodiar el territorio y proteger a las garcetas en su último hogar. Como colofón, en 1951 se declaró la Reserva Nacional Natural Kis-Balaton (1).

Desgraciadamente la situación de la población de garcetas continuaba siendo pésima, la última colonia austriaca localizada en el lago Neusiedlersee, en el año 1946 contaba con 100 parejas y la población húngara rondaba las 52 parejas (2). Aparentemente las medidas de conservación no surtían efecto. Pero poco a poco las garcetas fueron aumentando paulatinamente, en 1976 en ambos países había 400 parejas reproduciéndose, casi 1000 en 1995, hoy en día la población europea se estima en 14000 – 19000 parejas (1, 2 y 4).

Garceta grande (Ardea alba) con anilla roja de lectura a distancia "E84", anillada en Hungría.

Con una población europea exigua, y tan alejada de la península ibérica no es de extrañar que hasta los años 80 del pasado siglo estuviera considerada como “especie accidental” (de observación muy rara). Poco a poco y acompañado del aumento poblacional europeo las garcetas grandes comenzaron a observarse más y más por nuestras latitudes (1 ave en 1984, 26 en 1992 y 1500 en 2011) (5).

En 1997 se confirma la primera reproducción de la especie en España (en la isla de Buda, Delta del Ebro) y en 1998 se establece la primera pareja en Doñana (Fuente del Duque) (3). La información más reciente publicada en 2011 establece la población reproductora en 53 parejas, de las cuales el 50% se localizan en Doñana (5).

Lugar de anillamiento y zona de recaptura, 2274 kilómetros las separan.

Definitivamente una observación, en muchas ocasiones, esconde una historia. La observación que escondía la historia de hoy fue realizada el pasado día 25 de noviembre en el Brazo del Este (Puebla del Río, Sevilla). Durante un aguacero pude observar una garceta grande (Ardea alba) que portaba una anilla plástica roja con la inscripción “E84”. Anilla que le colocaron en la tibia a uno de los pollitos que el 21 de mayo de 2012 ocupaban la colonia de Riha-tó (un meandro abandonado del Danubio), Baranya, Hungría. A 140 kilómetros al sureste del lago Kis-Balaton, germen de la población actual húngara de 3000 parejas de garceta grande.

Referencias:

(1) https://maptia.com/kudich_zsirmon/stories/changing-fortunes-of-the-great-egret

(2) De Juana, E. y Ferrer, X. 1996. El estatus de la garceta grande (Egretta alba) en la península Ibérica y las islas Baleares. Ardeola 43:225-229.

(3) Fouce, V. 2003. Garceta grande Egretta alba. En: Martí, R., y del Moral, J. C. Atlas de las aves reproductoras de España, pág. 610. SEO/BirdLife. Madrid.

(4) http://www.seo.org/ave/garceta-grande/

(5) http://www.mapama.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/38-_Garzas_tcm7-219797.pdf


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Gavina corsa

Gaviotas y charranes patinegros en la playa de Castilla.

Este miércoles viajamos a la costa atlántica de Andalucía, concretamente a la inmensa playa de Castilla para encontrarnos con una de las decenas de gaviotas de audouin (Ichthyaetus audouinii) que aún pueblan las arenas finas y doradas de Doñana.

Nuestra protagonista portaba anilla blanca con código AAPW, posada tranquilamente en la playa entre sus congéneres y otras compañeras de familia (gaviotas sombrías). Parecía que estuviera disfrutando del Sol y de la inmensa tranquilidad de Doñana. Quietud solo interrumpida por nuestra presencia.

Gaviota de audouin (Ichthyaetus audouinii)

Pero esta gaviota tiene mucho que contarnos. Sabemos que nació en el año 2000 en el Delta del Ebro, anillada un 18 de junio cuando aún era un pollito incapaz de alzar el vuelo. Desde entonces un amplio historial vital con 44 registros nos muestra que AAPW gusta del golfo de Cádiz con varias observaciones, algunas durante el período invernal de 2002, 2003, 2007 y 2013. Es asidua visitante de la playa de Castilla con varias observaciones durante los más de 16 años de vida emplumada.


Existe constancia de que regresó al menos en dos ocasiones al Delta del Ebro, en época de cría, aunque desconocemos si realmente se integró en la colonia de sus padres.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Moritos en el fango

Tractor en plena actividad de fangueo en tabla de arroz.

En los arrozales de Isla Menor la actividad agrícola está al 100%. Decenas de personas se afanan en la cosecha del arroz. El ajetreo es intenso y no solo humano. Miles de aves se concentran como cada otoño para participar en el gran banquete. El morito (Plegadis falcinellus) es uno de los comensales. En bandos que pueden alcanzar los 6.000 ejemplares se desplazan por la antigua marisma del Guadalquivir para localizar las tablas de arroz en proceso de fangueo (tractor adaptado que remueve el fango del arrozal). Ahí se posan y se concentran en macro-bandos mixtos con otras especies de aves (gaviota sombría, gaviota reidora, cigüeña blanca, garcetas…), explotan sus recursos hasta que una nueva tabla es fangueada y se trasladan para alimentarse en ella. Y así sucesivamente.

Moritos tomando el Sol... o no?

Con tanto morito concentrado en tan poco espacio alguna sorpresilla siempre se encuentra. Este mes de noviembre observé a dos moritos que portaban anillas plásticas de lectura a distancia y cuyos historiales vitales son interesantes para los “miércoles de las recuperaciones”.

36J buscando entre el fango.

El primero se trata de 36J, anillado por Luis García en la colonia del Lucio de Cerrado Garrido (centro de visitantes José Antonio Valverde). Corría el año 2003 y 673 parejas (1) formaban la incipiente población reproductora de Doñana, 36J fue uno de los pollitos que voló en aquel verano. Han pasado 13 añitos, actualmente la población reproductora en Doñana se estima en 8.000 parejas (2) y 36J como otros muchos de su especie, no se pierde el gran banquete otoñal que le brinda los arrozales fangueados del Guadalquivir.
  

Pero no todos los moritos son lugareños de Doñana, algunos viajan cientos de kilómetros para encontrase con la abundancia del Bajo Guadalquivir. Este es el caso de 0JVV un morito oriundo de Camargue (Francia) en el delta del río Rhône. Anillado en la primavera de 2014 en la colonia de Buisson Gros. Fue observado hace unos días junto a otros ejemplares disfrutando de los placeres del fango arrocero a 1.137 kilómetros de su lugar de nacimiento.

Lectura recomendada:


Referencias:



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Fiskgjuse

Fiskgjuse (Pandion haliaetus) en las marismas del Guadalquivir.

Volvemos un miércoles más con la recaptura de la semana, en esta ocasión os presento a un águila pescadora anillada como adulto en Isla Mayor (Sevilla) en diciembre de 2008 por José Manuel Sayago (gran conocedor de la especie). Porta desde entonces una anilla metálica en tarso izquierdo y una anilla plástica amarilla con la inscripción “74” en tarso derecho.

En septiembre de 2015, en su décimo año de vida, la observé en la misma zona donde Sayago la capturó 7 años atrás. Por los registros de su historial vital podemos indicar que se trata de un invernante habitual, algo que no debe sorprendernos pues los humedales andaluces acogen al 70% de la población invernante de España, unos 85 ejemplares de promedio (1).

Águila pescadora protagonista de la entrada de hoy en los "miércoles de las recuperaciones".

No fue hasta la primavera de 2016 cuando Martin Alexandersson descubrió la zona de reproducción de este ejemplar en la costa oriental de Suecia, en un estuario cercano a la ciudad de Gävle.


Este pasado mes de septiembre lo volví a ver en su zona de invernada a 3115 kilómetros de su lugar de cría en el lejano norte europeo.

Referencias:

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La longevidad de la avoceta

La avoceta "9XM" anillada un 11 de junio de 1998.

Este miércoles tenemos dos protagonistas, dos ejemplares de avoceta que me sirven para ilustrar la duración de la vida. La mayoría de las personas se sorprenden al escuchar que una gaviota puede llegar a alcanzar los 30 años de edad o que el abuelo de los gorriones tenía casi 20 añitos cuando fue encontrado muerto. Normalmente la edad de los animales es objeto de numerosas creencias erróneas, posiblemente porque resulta difícil determinar con exactitud la edad de un ejemplar. Ciertas técnicas, como el anillamiento, permiten obtener datos precisos, así conviene distinguir, en cada especie, la longevidad media de la longevidad potencial, es decir, la edad que un animal puede alcanzar en teoría.

Para un ave salvaje la vida está llena de peligros: las enfermedades, los accidentes, parásitos y predadores, sin olvidarnos de la acción humana. En estas condiciones, conseguir vivir muchos años constituye una proeza al alcance de muy pocos ejemplares.

Bando de avocetas descansando en la Marisma. El "intruso" es una aguja colinegra

Nuestro primer abuelito de hoy es una avoceta (Recurvirostra avosetta), 4UV fue anillada cuando era un pollito el 27 de julio de 1993 en Isla Mayor (Sevilla). Observado un 23 de marzo de 2016 en la misma zona pero después de 22 años, 7 meses y 24 días. Realmente es un dato destacable, máxime si tenemos en cuenta la “Longevity list” de Euring (1), a nuestro protagonista le faltarían unos 5 años para alcanzar al Gran Abuelo de las avocetas europeas que fue observada con una edad de 27 años y 10 meses (y digo “fue observada” pues aún estaba vivita, por tanto, aún puede estar contando batallitas a sus nietos en estos momentos).

La avoceta "9XM" con dos de sus tres pollitos en Isla Mayor, Sevilla.

El segundo ejemplar es otra avoceta capturada cuando no levantaba un palmo del suelo, también en Isla Mayor pero un 11 de junio de 1998. Se le colocó una anilla plástica blanca con la inscripción 9XM y se liberó para que emprendiera su vida… Después de 17 años, 11 meses y 13 días la observé emparejada y con tres pollitos en la misma zona que le vio nacer. El Ciclo de la Vida sigue su curso.

Referencia:

(1) http://www.euring.org/data-and-codes/longevity-list?page=2